Para la clase política de la Ciudad de México, José Luis Villasana es otro de esos personajes que buscan colgarse del prestigio de figuras relevantes. Se presenta como amigo y operador de Claudia Sheinbaum en Baja California, pero su única evidencia de tal relación es una fotografía lejana en un evento público en el 2023, donde ambos aparecen juntos. Este es el primer gran error de Villasana: confundir la amabilidad y una imagen pública con una auténtica amistad y mucho menos con un vínculo político clave.
Es un secreto a voces que la verdadera confianza y operación cercana de la presidenta electa la tiene Carlos Alberto Ulloa Pérez, quien ha sido un colaborador leal y eficiente. Ulloa Pérez no solo desconoce cualquier relación entre Sheinbaum y Villasana, sino que al interior del círculo más cercano de la futura mandataria, el nombre de Villasana ha generado sorpresa y escepticismo. Sin embargo, lo que realmente ha puesto en jaque a Ismael Burgueño, presidente municipal electo de Tijuana, es la probable designación de Villasana como posible Oficial Mayor del ayuntamiento.
Burgueño, apenas en sus primeras semanas como presidente electo, que están por iniciar, parece estar cometiendo un error monumental. José Luis Villasana no solo se ha vendido falsamente como un allegado a Sheinbaum, sino que las acusaciones en su contra por corrupción, abuso de autoridad y prepotencia durante la campaña no son pocas. Si estas denuncias llegan a hacerse efectivas, el costo político no solo lo pagará Villasana, sino también Burgueño, quien estará abriendo la puerta de su gobierno a una figura de dudosa honorabilidad.
Un detalle que no puede pasar desapercibido es que Villasana intentó encapsular políticamente a Burgueño durante la campaña, aislándolo y construyendo una narrativa en la que él se mostraba como un intermediario indispensable. Esta jugada revela una falta de visión y un exceso de ambición. Cualquier político experimentado sabe que rodearse de personas con estos antecedentes puede tener consecuencias devastadoras a largo plazo. Y dicho sea de paso, Baja California estará en la mira del gobierno federal por los errores de la gobernadora cometidos durante la campaña de Claudia Sheinbaum.
Si Burgueño efectúa este nombramiento, quedará claro que está iniciando su gestión con una de las peores decisiones posibles. En un momento en el que se necesita transparencia y un equipo de confianza, poner a Villasana en una posición clave solo añadirá sombras y dudas sobre la administración municipal, MORENA al cambiar de dirigentes también cambia de aliados hay que tomar eso en cuenta. Ni que decir de Erik “El Terrible” Morales, en el nombre lleva la penitencia y es otra designación que de ser cierta deben revalidar de inmediato.